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La revolución del 5G

La digitalización ha supuesto un impacto transformador para la automoción, obligando a los grandes fabricantes a replantearse sus modelos de negocio y sistemas de producción.

La movilidad representa uno de los ejes principales de nuestra economía y ha de ir adaptándose día a día a las nuevas directrices de las políticas medioambientales europeas, y que sitúan a la  electrificación y el 5G como palancas para impulsar la movilidad eléctrica, conectada y segura.

Esta revolución industrial de la industria 4.0 hace que el 5G, que tradicionalmente venimos asociando al ocio y a la telefonía móvil, sea clave para el desarrollo de las smart factories en términos de eficiencia en los procesos de producción, plazos de entrega, seguridad y simplificación de las tareas de los trabajadores. La velocidad en la transmisión de datos que aporta se refleja en mayor productividad y sobre todo flexibilidad.

Desde el punto de vista del usuario, el despliegue del 5G también será determinante para el salto hacia una nueva movilidad conectada y para la implantación de la conducción autónoma, que se verá materializado a lo largo de la próxima década.

Con la llegada del 5G y la desaparición de los cables de ethernet en las fábricas, máquinas y  vehículos dejarán de estar «atados», acabando con la rigidez en los procesos de producción y permitiendo gestionar millones de datos en tiempo real para mejorar la conducción de usuarios en las ciudades. Información en tiempo real, para usuarios y fabricantes, avanzando al unísono hacia una nueva realidad conectada.